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Perfil.
Oziel Rodmon
Hola. Mi nombre es Oscar Rodríguez Montoya, aunque escribo bajo el seudónimo de Oziel, por su significado ( "Que tiene fuerza Divina").
Tengo 16 años y vivo en Concepción, Chile.
Me gusta mucho leer y escribir (en computador, a mano... no), no me considero un escritor, pero me gusta lo que escribo, lo que me gusta, lo publico acá.
Mi vida, creo, ha sido normal, y lo que escribo no representa mi realidad, más que una crítica a la vida, vean mis textos como algo de ficción.
El significado de cada uno de los textos es más profundo que una simple crítica, tiene que ver con la mente, con el desarrollo del espíritu y el equilibrio.
Utilizo el alias Oziel, porque creo que me ayuda a tener un poco mas de confianza en mi, y a escribir mas tranquilo.
¡Espero que les guste lo que escribo y volver a verlos por acá!
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Publicado el miércoles, 29 de septiembre de 2010 @ 20:33 | Ir al inicio
La planta sobre la última silla del pasillo
Cada vez me acerco más, el destino quiso que así fuera y cada vez se hace más implacable mi instinto. Los gritos ya se oyen a través de mi mente e inconscientemente suelto una sonrisa. A mi corta edad no he podido conocer aún lo que es volar en avión, pero imagino que la cantidad de adrenalina es similar. Debería estar asustado, pero la emoción no me lo permite, al fin podré crecer tranquilo y ser un niño normal. Recuerdo que en una clase la maestra nos dijo que, cuando el corazón deja de latir, la vida se acaba. Mis manos comienzan a hincharse en sangre, mis venas se marcan alrededor de todo mi cuerpo. De pronto... a mitad de mi camino... oigo sus pasos... Corro para llegar al pasillo, siento su presencia tan cerca, tiro a un lado jarrones, mesas y sillas que me estorban al pasar. Los pasos se aceleran, mis oídos escuchan con repulsividad una frase "¿Luisito? ¡¿que es todo ese escándalo?!" Preparo mis pies para poder saltar y llegar a su cara... cuándo la encuentro de frente mis pies saltan sin vacilar, y mi mano aprieta el cuchillo sin soltarlo, muevo mi brazo con violencia hacia arriba y abajo una y otra vez, mientras siento un líquido tibio salpicando en mi cara. Cuando termino veo que la daga había dado todas las veces en el mismo lugar, su frente ensangrentada parecía estar preparada para el ataque, y su rostro de espanto yace junto a la ultima silla del pasillo; aquella sobre la cual estaba la planta que teníamos como tarea cuidar, la misma planta que ella no me permitió regar y dejó que acabara su vida, así como yo acababa de dejar que mis manos acabaran con la de mi madre… Oziel.-
Etiquetas: cuentos
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Amor al odio
Cerca, tan cera, incapaz de ver, aún, lo que frente a el esperaba.
Con una voz silenciosa, con una mirada ciega, aguardaba el gran poderoso atado a violentas cadenas.
El calor de sus gruñidos, el horror de su presencia, demostraba que esta fiera, para religión y para ciencia inaceptable en vida es.
Ahora solo quedaba la lógica de su alma perturbada por la inocencia y privada de toda calma.
Aquella alma... ingenua e incrédula, sin poder usar la razón, no comprendía que aquella bestia había robado su corazón...
Oziel.-Etiquetas: Poemas
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